Más que un deporte: El fútbol como escuela de vida
Leccion #1: Equilibrio entre cuerpo, mente y espíritu
Foto: Astor Henriquez - Club Deportivo Marathon - Honduras
"El equilibrio no es algo que se encuentra, es algo que se crea"
Jana Kingsford
¿Alguna vez te has sentido como si estuvieras corriendo una maratón sin meta, tratando de cumplir con todas las exigencias y demandas en tu vida? Yo sí. Durante mis años como futbolista profesional, aprendí que el éxito no solo se mide en los resultados deportivos que podía obtener, sino también en la capacidad de encontrar un equilibrio saludable entre cuerpo, mente y espíritu. Esta lección me ha acompañado en mi transición al mundo del derecho y la gestión deportiva, y estoy convencido de que puede ser de gran utilidad para ti también.
Hace algunas semanas se cumplió una década desde que "colgué" mis zapatos de fútbol y dejé atrás mi carrera como futbolista profesional. A lo largo de esta década he tenido la oportunidad de reflexionar sobre los momentos que definieron mi vida en el deporte y cómo esas lecciones continúan guiando mi camino como abogado y gestor deportivo en mi día a día.
Durante mi carrera como atleta profesional, tuve que aprender acerca de la necesidad de buscar y crear un equilibrio entre cuerpo, mente y espíritu. Aprendí que no solo debia cuidarme bien físicamente, sino también emocional y espiritualmente. Recuerdo claramente una de mis etapas intensas en mi vida cuando era padre de dos hermosas niñas, una de seis años y otra de apenas un año, esposo, estudiante universitario y miembro activo de mi comunidad de fe. Con estos y otros roles a mi cargo, experimenté momentos de caos en los que la falta de equilibrio me llevó a conflictos entre mis responsabilidades. Por ejemplo, en algunas ocasiones, mi dedicación al fútbol se veía amenazada por mis compromisos académicos. En varias de esas situaciones, tuve que priorizar lo académico sobre lo deportivo, lo que me generó sentimientos de frustración, desánimo y confusión. Sin embargo, conté con el apoyo incondicional de mi esposa, quien me brindó el sustento emocional que necesitaba. Junto con este apoyo, el alimento espiritual que recibía me daba la resiliencia necesaria para seguir intentándolo una vez más.
Sin embargo, también observé a compañeros futbolistas que, al enfrentarse a los retos de la vida y a las expectativas y exigencias del deporte, sucumbían emocionalmente, afectando esto su rendimiento deportivo de manera dramática por largos períodos de tiempo. Esos momentos me hicieron reflexionar y comprender lo crucial que es alimentar y cuidar no solo el cuerpo, sino también nutrir la mente y el alma con un sólido alimento emocional y espiritual, los cuales son esenciales para lograr un equilibrio personal.
Buscar ese equilibrio de manera intencional me permitió no solo fluir en el proceso de los objetivos que quería alcanzar en cada área de mi vida, sino también enfrentar y sobrepasar las complicaciones que trae la vida por circunstancias externas, es decir, fuera de nuestro control, y otras veces por nuestros propios errores en la toma de decisiones.
Foto: Astor Henriquez - FIFA - Suiza
En la actualidad, continúo siendo padre, solo que ahora son jóvenes; continúo siendo esposo, ejerzo como abogado y gestor deportivo, y también sigo siendo miembro activo de mi comunidad de fe, al igual que liderando proyectos de ayuda social en comunidades pobres de Honduras, entre otros roles. Aun cuando la falta de equilibrio quiere llegar, es momento de recordar que mi fe en Cristo es lo único que puede saciar mi necesidad espiritual. Mi esposa, mis hijas y demás familia, junto con las amistades cercanas, son parte del sólido alimento emocional que requiero para tener un equilibrio, y esto lo suelo complementar con la meditación, esforzándome en comer saludable y en hacer ejercicio físico de manera regular.
Reflexión Lección #1: Equilibrio entre cuerpo, mente y espíritu
Tu cuerpo, tu mente y espíritu requieren de tu intencionalidad para ser cuidados y alimentados con el fin de lograr el equilibrio necesario que te permita sentirte pleno y, así, estar más cerca de las metas y objetivos que trazas en la vida.
Te invito a reflexionar sobre cómo puedes crear o reforzar el equilibrio en tu vida. Pregúntate: ¿cómo estás alimentando tu cuerpo, mente y espíritu? Ya sea a través de ejercicio físico regular, alimentos saludables, prácticas de meditación o el fortalecimiento de tus relaciones personales, e incluso desarrollando actividades al aire libre que te produzcan felicidad, descubre y vive tu propia experiencia.
Recuerda: el equilibrio te permitirá enfrentar los retos cotidianos con mayor resiliencia y estarás más cerca de alcanzar tus metas, sin importar tus roles actuales en la sociedad.
Espero que esta publicación te resulte muy útil. En los próximos días, compartiré la Lección #2: Los sueños se cumplen.
No olvides dejarnos tus comentarios. ¡Hasta la próxima!
Excelente Abogado, gracias por compartir esa gran lección de vida!
Muy identificada con éste artículo. En mis años de juventud fui atleta de sóftbol, no tenía compromisos más que estudiar; luego ya siendo un mujer adulta, casada y con hijos se me dio la oportunidad de jugar al fútbol no profesional y fue allí en donde para mantener un equilibrio entre todas mis ocupaciones tuve que priorizar. El día tiene nada más 24, la semana 7 días, y yo con miles de compromisos que requerían mi atención tuve que identificar entre lo urgente y lo importante para dar el grado de prioridad de las tareas y en si requieren atención inmediata o no.